La rapidez
Era un día apacible de finales primavera, cuando un pequeño caracol decidió emprender la ascensión a un viejo cerezo para poder saborear sus frutos.
Al darse cuenta de ello, unos gorriones de un árbol cercano estallaron en carcajadas y le dijeron:
-¿Acaso no sabes que no hay cerezas en esta época del año?
El caracol, sin detenerse, replicó:
-No importa. Ya las habrá para cuando yo llegue arriba.
La rapidez no importa. Lo importante es el rumbo, hacia dónde nos dirigimos y como experimentamos el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario