escrito por Gema
La emoción de un “precioso regalo” Vinoélite-2007.-Valencia.-Jueves 19/04/07
Si de alguna manera tengo que describir este día, es sin ninguna duda “emocionante”, emocionante por que para mí era un regalo que nunca habría esperado y como tal me hacía muchísima ilusión.
El viaje fue muy divertido, aunque salimos de Zaragoza bastante temprano, fuimos viendo viñedos por el camino, echando risas, contando cosas y hasta cantando a ratos (a veces parecíamos una excursión de adolescentes en una actividad extra-escolar, que es lo que realmente era…, además de un viaje de trabajo)
Y después de algún café y algo sólido llegamos a Valencia, aparcamos el coche, pasillos y pasillos, nos acreditamos y entramos al Pabellón Vinoélite, y empieza el “festival”, muchos stand, precioso montaje alrededor de los stand (preciosas fotografías en las paredes de viñedos, de tierra, …), todo un mundo alrededor del “Vino”.
Teníamos que seleccionar lo que nos apetecía “probar”, ya que si no recuerdo mal había alrededor de 116 stand, y claro era materialmente imposible que pudiéramos probar todo lo que allí se exponía, así que pusimos en común lo que no podíamos dejar de hacer antes de tener que irnos de allí, y así lo hicimos, stand por stand, sabores, olores, en algunos el cielo en todo su esplendor…, albariños, bierzos, monastrell, moscatel, riberas del duero, vinos de hielo, oportos, finos, …, más de un expositor nos obsequió con charlas realmente atractivas y didácticas y después de comer repetimos en un stand en el que no habíamos probado todo, pero casi lo conseguimos … Felipe Gutiérrez de la Vega, al que conocimos personalmente de la mano de Ciriaco, yo, (creo que ninguna de las componentes femeninas de la expedición) no había probado cosa igual en mi vida, las caras desde luego con cada cata de cada vino eran super-expresivas, cabeza hacia atrás y vista al cielo, y hasta algún “Dios mío”, debe ser la música que Felipe pone en su sala de barricas, lo que hace que el vino produzca estos efectos “milagro”, así que una explosión de colores, olores, sabores, expresiones… difíciles de reproducir ahora…
Pero teniamos que volver a Zaragoza…, y nos quedaban unos cuantos kilómetros por delante, así que emprendimos el camino de vuelta a casa con muy buen gusto de boca, con muchas cosas nuevas aprendidas, con muchísimas risas (todavía me duele el estómago sólo de recordarlo, no había manera de parar de reír …), seguro que se me olvidan un montón de cosas, pero lo que no se me puede olvidar es dar las gracias a mis compañeros y maestros en esta bonita expedición: Ciriaco, María, Sonia, gracias de corazón por regalarme este precioso día.
Gema
Si de alguna manera tengo que describir este día, es sin ninguna duda “emocionante”, emocionante por que para mí era un regalo que nunca habría esperado y como tal me hacía muchísima ilusión.
El viaje fue muy divertido, aunque salimos de Zaragoza bastante temprano, fuimos viendo viñedos por el camino, echando risas, contando cosas y hasta cantando a ratos (a veces parecíamos una excursión de adolescentes en una actividad extra-escolar, que es lo que realmente era…, además de un viaje de trabajo)
Y después de algún café y algo sólido llegamos a Valencia, aparcamos el coche, pasillos y pasillos, nos acreditamos y entramos al Pabellón Vinoélite, y empieza el “festival”, muchos stand, precioso montaje alrededor de los stand (preciosas fotografías en las paredes de viñedos, de tierra, …), todo un mundo alrededor del “Vino”.
Teníamos que seleccionar lo que nos apetecía “probar”, ya que si no recuerdo mal había alrededor de 116 stand, y claro era materialmente imposible que pudiéramos probar todo lo que allí se exponía, así que pusimos en común lo que no podíamos dejar de hacer antes de tener que irnos de allí, y así lo hicimos, stand por stand, sabores, olores, en algunos el cielo en todo su esplendor…, albariños, bierzos, monastrell, moscatel, riberas del duero, vinos de hielo, oportos, finos, …, más de un expositor nos obsequió con charlas realmente atractivas y didácticas y después de comer repetimos en un stand en el que no habíamos probado todo, pero casi lo conseguimos … Felipe Gutiérrez de la Vega, al que conocimos personalmente de la mano de Ciriaco, yo, (creo que ninguna de las componentes femeninas de la expedición) no había probado cosa igual en mi vida, las caras desde luego con cada cata de cada vino eran super-expresivas, cabeza hacia atrás y vista al cielo, y hasta algún “Dios mío”, debe ser la música que Felipe pone en su sala de barricas, lo que hace que el vino produzca estos efectos “milagro”, así que una explosión de colores, olores, sabores, expresiones… difíciles de reproducir ahora…
Pero teniamos que volver a Zaragoza…, y nos quedaban unos cuantos kilómetros por delante, así que emprendimos el camino de vuelta a casa con muy buen gusto de boca, con muchas cosas nuevas aprendidas, con muchísimas risas (todavía me duele el estómago sólo de recordarlo, no había manera de parar de reír …), seguro que se me olvidan un montón de cosas, pero lo que no se me puede olvidar es dar las gracias a mis compañeros y maestros en esta bonita expedición: Ciriaco, María, Sonia, gracias de corazón por regalarme este precioso día.
Gema
1 comentario:
osea que cerrasteis las tiendas para iros de vinos a valencia? vaya , vaya. Anda que si os hacen la prueba del alcohol. De todas formas me ha gustado mucho el relato, es muy divertido, enhorabuena
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