
Cuando el viñedo bordelés era, ante todo, una creación de la ciudad de Burdeos, los Graves constituían su núcleo. El terrunos rodeaba la ciudad sólo por su costado este y se encontraba limitado por el río. Durante el siglo XIX, la denominación Graves fue predominantemente tinta. a mediados del siglo XX, la repartición de los vidueños blancos y tintos vino a ser casi igual. Actualmente, la produccióm de vinos blancos es mayor que la de los tintos. Los Graves blancos han llevado al más alto grado el renombre de la denominación. Los Graves blancos, cosechados al norte de la región, son secos por naturaleza, y poseen un encantador asomo de verdor. Los vinos que se producen en el terruño de Léognan, son siempre secos, pero son ablandados por ese suave perfume característico de ahí. Los Graves tintos poseen una savia dominadora. Es el perfume de un terruño fielmente transmitido de cepa, y de cuba desde hace dos milenios. Este privilegio del Graves hay sentirlo para estar plenamente convecidos de él.
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