
Esos vinos confortables.- Manuela versus Gema
Manuela
Acudo a mi primera cata de vinos en Yañez La Vinatería Espíritu del Vino, en Tenor Fleta, el local donde trabaja mi amiga Gema, me ha insistido tanto… que claro algún día tengo que ir, debo decir que a mí nunca me ha gustado especialmente el vino, ni el cava, ni el champagne…, yo soy más de calimocho y de gin-tonic, pero voy…, y realmente con las nociones que nos da Ciriaco para que empecemos a conocer lo que tenemos en la copa y las sensaciones que los diferentes vinos nos hacen sentir…, pues que la cosita parece que se anima y yo también, me encanta un Hacevinos alemán de nombre impronunciable Gewürztraminer o algo así, el cava nunca me ha gustado… así que no digo nada, pero cuando llegan los tintos… eso es otro cantar, acostumbrada que está una a tomarlo con coca-cola, pues claro…, probamos un buen montón de vinos, algunos me gustaron y mucho, pero a lo que vamos… en un momento dado de la cata se me pregunta ¿Qué te parece éste Manuela?, a lo que yo ni corta ni perezosa, y un poco “chispa” (tengo que confesar) contesto: Me parece un vino confortable, (tremendo error por mi parte)…, todavía hoy tengo que aguantar a la petarda de Gema que si esto es confortable, que si esto no, que vaya con la gente confortable…
Eso sí me he aficionado al vino tinto sin coca cola, y empiezo a disfrutar de las innumerables sensaciones que tengo con cada copa de vino, y también me gusto mucho la cata, así que he repetido y repetiré… ¡siempre que me inviten estos chicos tan estupendos!
Gema
Confortable es una palabra que me gusta definitivamente, pero claro en el contexto de la cata, bebiendo un vino…: “buenísimo”, “alucinante”, hasta “tremendo”… me habría parecido bien, pero “confortable”, en ese momento me pareció intolerable y claro empecé…, que si es confortable: tu sillón de casa, tu cama… en fin todas las cosas que se me ocurrían como confortables…, pero luego empezamos con las personas “confortables” y ahí ya se lió del todo, y todavía hoy tenemos la historieta montada con lo confortable y lo que no.
Algo de toda esta polémica me queda claro, y en eso tengo que darle la razón a Manuela, que en ese mismo momento como un resorte dije “¿confortable?”, pues va a ser que no mola el ser una persona “confortable”, pues mirándolo hoy desde otro punto de vista, a mí que me gustan que las cosas me apasionen, una película, un libro, un vino, o la persona con la que tengo una cita esta noche…
Pero sí además de ser apasionante es confortable…, eso ya debe ser “la bomba”, y la verdad es que me da que pensar, lo apasionante no tiene porqué dejar de ser confortable, creo que lo que pasa es que a menudo relacionamos lo confortable con lo aburrido, con el día a día, con la rutina, sin darnos casi cuenta…nos instalamos en la rutina, en lo cómodo y descuidamos tanto la pasión que al final la perdemos y entonces en el mejor de los casos nos queda lo “cómodo y confortable”, pero y si intentamos recuperar esa pasión perdida y aunarla con esa “confortabilidad”, pues “genial”…¿no creéis?
Y lo mismo en el caso del vino e imagino que con cualquier otra cosa…, si además de apasionarte te gratifica cada día que lo pruebas, nunca te decepciona, pues va a ser que también es confortable… digo yo¡¡¡
Total que al final Manu tengo que darte un poco la razón, muy bien y cómo casi siempre… la pago yo¡¡¡
Manuela
Acudo a mi primera cata de vinos en Yañez La Vinatería Espíritu del Vino, en Tenor Fleta, el local donde trabaja mi amiga Gema, me ha insistido tanto… que claro algún día tengo que ir, debo decir que a mí nunca me ha gustado especialmente el vino, ni el cava, ni el champagne…, yo soy más de calimocho y de gin-tonic, pero voy…, y realmente con las nociones que nos da Ciriaco para que empecemos a conocer lo que tenemos en la copa y las sensaciones que los diferentes vinos nos hacen sentir…, pues que la cosita parece que se anima y yo también, me encanta un Hacevinos alemán de nombre impronunciable Gewürztraminer o algo así, el cava nunca me ha gustado… así que no digo nada, pero cuando llegan los tintos… eso es otro cantar, acostumbrada que está una a tomarlo con coca-cola, pues claro…, probamos un buen montón de vinos, algunos me gustaron y mucho, pero a lo que vamos… en un momento dado de la cata se me pregunta ¿Qué te parece éste Manuela?, a lo que yo ni corta ni perezosa, y un poco “chispa” (tengo que confesar) contesto: Me parece un vino confortable, (tremendo error por mi parte)…, todavía hoy tengo que aguantar a la petarda de Gema que si esto es confortable, que si esto no, que vaya con la gente confortable…
Eso sí me he aficionado al vino tinto sin coca cola, y empiezo a disfrutar de las innumerables sensaciones que tengo con cada copa de vino, y también me gusto mucho la cata, así que he repetido y repetiré… ¡siempre que me inviten estos chicos tan estupendos!
Gema
Confortable es una palabra que me gusta definitivamente, pero claro en el contexto de la cata, bebiendo un vino…: “buenísimo”, “alucinante”, hasta “tremendo”… me habría parecido bien, pero “confortable”, en ese momento me pareció intolerable y claro empecé…, que si es confortable: tu sillón de casa, tu cama… en fin todas las cosas que se me ocurrían como confortables…, pero luego empezamos con las personas “confortables” y ahí ya se lió del todo, y todavía hoy tenemos la historieta montada con lo confortable y lo que no.
Algo de toda esta polémica me queda claro, y en eso tengo que darle la razón a Manuela, que en ese mismo momento como un resorte dije “¿confortable?”, pues va a ser que no mola el ser una persona “confortable”, pues mirándolo hoy desde otro punto de vista, a mí que me gustan que las cosas me apasionen, una película, un libro, un vino, o la persona con la que tengo una cita esta noche…
Pero sí además de ser apasionante es confortable…, eso ya debe ser “la bomba”, y la verdad es que me da que pensar, lo apasionante no tiene porqué dejar de ser confortable, creo que lo que pasa es que a menudo relacionamos lo confortable con lo aburrido, con el día a día, con la rutina, sin darnos casi cuenta…nos instalamos en la rutina, en lo cómodo y descuidamos tanto la pasión que al final la perdemos y entonces en el mejor de los casos nos queda lo “cómodo y confortable”, pero y si intentamos recuperar esa pasión perdida y aunarla con esa “confortabilidad”, pues “genial”…¿no creéis?
Y lo mismo en el caso del vino e imagino que con cualquier otra cosa…, si además de apasionarte te gratifica cada día que lo pruebas, nunca te decepciona, pues va a ser que también es confortable… digo yo¡¡¡
Total que al final Manu tengo que darte un poco la razón, muy bien y cómo casi siempre… la pago yo¡¡¡
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